Pateando las Vacas Sagradas - Vaca 3: Jesús fue pobre


Vaca 3: Jesús fue pobre

Esta vaca si que provoca darle una buena patadita.

Durante años la gente a pensado que Jesús fue pobre debido a ideas religiosas preconcebidas, en este estudio vamos a desenmascarar esa idea.

2 Corintios 8:9
9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.

Jesús pagó el precio en la cruz para que seamos esa clase de persona.

Filipenses 2:5-7
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.

Jesús no era pobre, el se hizo pobre para poder hacernos personas prósperas.

La pregunta es cuando se hizo pobre.

Isaías 53:4-6, 10
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

En este gran capítulo de la redención vemos como se conectan la salvación, la sanidad, y la prosperidad con la obra del calvario.

En el verso 5 dice que el castigo de nuestra paz fue sobre él. La palabra “paz” en este verso es “shalom” que significa: seguridad, bien, felicidad, bienestar, salud, prosperidad y descanso.

Entonces en la cruz cuando el estaba llevando el castigo de nuestra paz, es estaba pagando el precio para que podamos ser prosperados.

Gálatas 3:13-14
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

En la cruz fue cuando Jesús se hizo maldición por nosotros para que no tuviésemos que llevarla nosotros; fue en ese momento que el se hizo pobre para que nosotros pudiésemos ser enriquecidos. 

Por ese motivo cuando estudiamos la Biblia de manera apropiada y si lentes religiosos podemos ver a Jesús tal como vivió su vida terrenal.

Mateo 2:11
11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Desde el mismo principio de su vida, Jesús fue una persona próspera. Aquí vemos como en su nacimiento los reyes del oriente le trajeron presentes valiosos; recuerden que los regalos fueron sacados de sus bolsas de tesoros. El oro, el incienso y la mirra eran objetos muy valiosos en su época, y eso fue lo que Jesús recibió. En realidad, Dios estaba supliendo el dinero que iban a necesitar durante su huida a Egipto, debido a la persecución de Herodes.

Lucas 8:1-3
1 Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él,
2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios,
3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

En este verso vemos que Jesús tenía muchos socios en su ministerio que suplían para sus necesidades; aquí vemos que Lucas nombra a algunas de ellas; y dice que había muchas más; que aportaban de sus bienes.

Aquí la palabra griega que se usa es polis, que significa una gran cantidad numérica: “no pocas”. Así que Jesús tenía grandes cantidades de mujeres que lo apoyaban económicamente en su ministerio.

Lucas 9:51-58
51 Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.
52 Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos.
53 Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén.
54 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?
55 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;
56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

¿Jesús no tenía casa donde vivir?

Leyendo este pasaje en contexto podemos ver lo que Jesús realmente dijo: “En este momento de mi vida, estoy en movimiento, estoy siguiendo mi camino para cumplir mi misión. No me estoy estableciendo aquí en la tierra, sino estoy en camino para ir al cielo.”

Hay varios versos que demuestran que Jesús tuvo una casa.

Mateo 4:12-13
12 Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea;
13 y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí.

En este pasaje vemos que cuando dejó Nazaret se fue a vivir a Capernaum.

La palabra habitar que se usa en este verso es katoikeo que significa literalmente establecerse en una habitación; o fijarse un lugar para habitar.

Mateo 9:1
1 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.

En este verso dice que Jesús vino a su ciudad; sabemos que nuestra ciudad es la ciudad en la cual vivimos.

Marcos 2:1
1 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa.

La gente escuchó que Jesús estaba en su casa en Capernaum., si hubiera sido la casa de otro hubiera dicho que estaba en la casa de....

Juan 1:35-40
35 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.
36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.
37 Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús.
38 Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?
39 Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima.
40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús.

Aquí se puede ver mas claramente; Jesús llevó a los dos discípulos de Juan a su casa.

Podemos concluir que Jesús tenía una casa en Capernaum.

Mateo 17:24-27
24 Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?
25 El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?
26 Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos.
27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.

Aquí hay otra prueba de que Jesús no fue pobre; cuando era necesario, Jesús utilizaba su poder sobrenatural para satisfacer sus necesidades y las de otros.

Jesús se encontraba en una necesidad, debía pagar el impuesto de la ciudad, aparentemente en ese momento no se encontraba cerca su tesorero, así que lo único que hizo fue mandar a Pedro a pescar, y el primer pez que pescase iba a tener en su interior la moneda con la que Jesús iba a pagar su impuesto y el de Pedro.

Pero no solo eso pasó, sino que con el pez que pescó Jesús y Pedro pudieron cenar.

Mateo 14:13-21
13 Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades.
14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
15 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer.
16 Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.
17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.
18 El les dijo: Traédmelos acá.
19 Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.
20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas.
21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Mateo 15: 32-38
32 Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.
33 Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?
34 Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.
35 Y mandó a la multitud que se recostase en tierra.
36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.
37 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas.
38 Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

En Mateo 14 Jesús alimento cinco mil hombres con 5 panes y 2 pescados; en Mateo 15 a cuatro mil hombres con 7 panes y unos cuantos pescados.

Notemos que además de alimentar a la gente hasta dejarlos saciados, sobró una gran cantidad de pan, la cual ellos recogieron y recolectaron.

En su ministerio terrenal, Jesús demostró una y otra vez que los recursos necesarios estaban a su disposición.

Juan 13: 27-29
27 Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.
28 Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto.
29 Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.

Cuando Judas traicionó a Jesús los discípulos pensaban que estaba yendo a comprar cosas que faltaban para la fiesta o para dar limosnas a los pobres.

Para cualquiera de estas dos cosas se necesitaba dinero; y los discípulos no lo tomaron como algo fuera de lo común, pues era algo que posiblemente hacia continuamente, y tenía el dinero para hacerlo.

Juan 12: 6
6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.

Otra cosa que podemos ver es que Jesús tenía un tesorero que a menudo tomaba del dinero que había en la bolsa.

Si hubiera habido poco dinero, los discípulos se hubieran dado cuenta que faltaba con solo verla; pero evidentemente había una gran cantidad pues los discípulos no se daban cuenta del robo de Judas.

Juan 12:8
8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.

Veamos las palabras de Jesús: “A los pobres siempre los tendréis, pero a mi no.

Jesús hizo una diferencia entre los pobres y él. Notemos que no dijo “siempre tendréis a los pobres como yo.” Jesús estaba diciendo en realidad: “Yo no soy pobre, yo soy rico.”

Veamos el contexto de estos pasajes para probar que Jesús no era pobre.

Juan 12:1-8
1 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos.
2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:
5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.
7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto.
8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.

Aquí hay otra prueba que Jesús no era pobre; el dejó que se derramase sobre el un perfume que valía el salario de un año. Aquí en el Perú de hoy sería 12,090 soles (unos 3000 dolares).

Ante tal cantidad de dinero un persona pobre posiblemente se hubiera molestado, ya que podría usarla para otra cosa; pero Jesús ni se inmuto, sencillamente dijo que se había hecho una buena obra en él.

Además cuando Judas se quejó, Jesús lo calló y le dijo lo que vimos antes: “A los pobres siempre los tendréis pero a mi no.”

Lucas 22:35
5 Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada.

Los discípulos de Jesús testificaron que cuando fueron enviados no les faltó nada. Es decir cuando fueron enviados con una misión todas sus necesidades fueron suplidas. Es decir, Jesús suplió sobrenaturalmente las cosas que necesitaron sus discípulos.

Finalmente veremos que aun en su muerte el dio muestras de ser una persona próspera.

Juan 19: 23-24
23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.
24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.

Aún la ropa que Jesús usaba era tan fina que los soldados romanos echaron suertes por ellas. Ellos que estaban acostumbrados a lo mejor, se dieron cuenta que la ropa de Jesús era valiosa.

Fue en ese momento en la cruz en que el se hizo pobre, ya que fue despojado aún de su ropa, que era el único bien material que le quedaba.

Jesús fue rico durante su vida pero al final de ella se hizo pobre para que nosotros fuésemos hechos ricos.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Pateando las Vacas Sagradas - Vaca 7 - La Fe es un Don de Dios

(LIBRO GRATIS) El Poder de Creer Correctamente - Joseph Prince

Pateando la Vacas Sagradas - Vaca 1 «Estoy Sufriendo para la Gloria de Dios»